August 20, 2006

Why the sky is blue, not purple (and the sun yellow-red)

Sunlight, which illuminates the sky, has a wide spectrum of wavelengths, but molecules of air preferentially scatter the short, blue wavelengths. By the same token, the longer wavelengths—green, yellow, red—tend to pass straight through the air, so the color of the Sun we see is an aggregate of those colors. So when we look at the air instead of the Sun, we see the scattered, blue light—the color of the sky.

The problem is that the violet wavelengths from the sun, having still shorter wavelengths than blue, should be scattered even more. Given this, shouldn't the sky be violet, not blue?

Using the parameters of how much the blue light scattering makes mountains progressively dim as a function of their distance from the point of view, a person can actually calculate the dimensions of air molecules (or Avogadro's number, which is closely related) and get an answer on the right order of magnitude. Indeed, a spectrophotometer shows that the highest peak of the intensity of skylight occurs in the violet range.

But why do we see blue, nonetheless? The resolution of the mystery lies in our daytime vision, which happens to be eight times less sensitive to violet than to blue light.

August 19, 2006

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Hamilton's Death Wish

Bill Hamilton said:

I wish, when i die, to be laid out on the forest floor in the Amazon jungle and interred by burying beetles as food for their larvae. Later, in their children, reared with care by the horned parents out of fist-sized balls moulded from my flesh, I will escape. No worm for me, or sordid fly: rearranged and multiple, I will at last buzz from the soil like bees out of a nest – indeed, buzz louder than bees, almost like a swarm of motor bikes. I shall be borne, beetle by flying beetle, out into the Brazilian wilderness beneath the stars.

In his funeral, his companion, Luisa Bozzi, made allusion to his theory that clouds are actually adaptations, made by microorganisms for their own dispersal, and said: Bill, now your body is lying in the Wytham woods, but from here you will reach again your beloved forests. You will live not only in a beetle, but in billions of spores of fungi and algae. Brought by the wind higher up into the troposphere, all of you will form the clouds, and wandering across the oceans, will fall down and fly up again; till eventually a drop of rain will join you to the water of the flooded forest of the Amazon.

Amen to that.

August 03, 2006

Reseña de "Rompiendo el Hechizo – La Religión como Fenómeno Natural", de Daniel Dennett

NOTA: ESTA ES LA VERSIÓN EN ESPAÑOL, LA PUBLICACIÓN ANTERIOR ES LA VERSIÓN ORIGINAL EN INGLES.

Daniel Dennett, mi filósofo viviente favorito, de cuyos libros he dicho que son mis biblias, habla, entre muchas otras cosas, de biblias en su nuevo libro. Un libro sagrado es sagrado por muchas razones: una de ellas es que cancela cualquier raciocinio inquisitivo apelando a una autoridad por encima del nivel de lo cuestionable, y erigiendo tabús contra el intento de traerla a ese nivel. Dennett me hizo caer en la cuenta que es impreciso llamar biblia a un libro autoritativo, pues un libro autoritativo invita a la confrontación racional y la supera, en vez de esconderse de ella, como lo hace una biblia. Otro medio de “sacralización” es la mistificación (lo que Dennett llama en otro contexto eumerdificación: la práctica de hacer que aproximadamente un 25% del texto sea un galimatías incomprensible), lo cuál sirve para dos cosas: una es inhibir el parafraseo; “no sé lo que significa ese pedazo, pero dice palabra por palabra que...”. Esto mejora la fidelidad de la copia al replicar el mensaje en una nueva mente, pues el parafraseo tiende a distorsionar el mensaje. El otro aspecto sacralizante de la mistificación es que incita la imaginación con paradojas imposibles, demasiadas de las cuáles pueden ser perjudicialmente aburridas, pero que en la medida correcta, son emocinantes.

El hechizo que Dennett trata de romper es el tabú contra la inquisitividad racional en los asuntos religiosos. Para ello él toma un punto de vista ingenuo: el de un marciano visitando la tierra, que se pregunta de qué se trata ese fenómeno extraño que llamamos religión. Cómo se originó. Al contemplar la verdad obvia que alguna vez hubieron humanos sin religión, le da a uno la impresión que tal vez la religión no es tan fundamental e incuestionable como la pintan. Al menos no es eterna (aunque muchas religiones afirman que existen desde siempre). La ubicuidad de la religión es comparada con la ubicuidad de la gripa: no es una señal necesaria de su beneficio para nosotros. Pero también está la perspectiva memética: tal vez la religión es un meme*, cuya ubicuidad es una señal de la efectividad de su beneficio para sí mismo como meme; un simbionte cultural que podría ser bueno, malo o neutro para nosotros, sus húespedes mentados (es decir, poseedores de mentes, ya que las mentes son los nidos de los memes). Se habla mucho del beneficio de la religión para nosotros, pero esto no se ha probado científicamente en realidad, precisamente por el tabú contra la inquisitividad racional. El meme tiene muchos trucos, como el libro sagrado mistificante, y los ritos, que ayudan a la memorización colectiva (más sobre esto más adelante).

Existen muchos trucos, pero estos también se entienden mejor si se ven a la luz de sus orígenes: ¿cómo pudo haberse originado la religión en la humanidad? Tenemos pistas sobre su evolución al comparar los diferentes tipos de actividades religiosas y semi-religiosas en las muchas culturas vivientes hoy en el mundo (que, por cierto, se estan extinguiendo por docenas diarias). Para que la religión evolucione, primero necesitamos lenguaje. Una vez que tenemos lenguaje, podemos comunicar nuestras alucinaciones privadas. Dennett trata sobre la religión pública, no la religión privada, que está más allá del alcance actual de la ciencia y, de todas formas, no es tan importante para la necesidad urgente de entender los efectos posiblemente peligrosos de la religión en la vida social, por ejemplo, al incitar guerras.

Cuando un perro se despierta ladrando al aire en respuesta al ruido de un libro cayendo al suelo, está alucinando. Este tipo de alucinación es buena, pues algunas veces es mejor pecar de precavido pensando que hay un enemigo donde no lo hay, en vez de cometer el error opuesto de un “falso negativo”. Mientras nos hacemos más y más inteligentes evolutivamente, nuestra imaginación se vuelve más descabellada. Todo el tiempo estamos mezclando fantasia y realidad, así que oimos una voz y vemos un árbol, y se nos ocurre, por un minuto: “Guau, un árbol que habla”. Tal vez olvidamos esta loca idea, si es suficientemente implausible: “Guau, un banano invisible... Qué? No...”. Tal vez no podemos evitar recordar constantemente alguna creación de la fantasía: “Guau, un tipo invisible que sabe dónde puedo encontrar el único alimento disponible y esta tratando de decirme dónd está”.

Este último tipo de ser fantástico es más dificil de olvidar porque tiene información estratégica, y no olvidemos que los humanos somos informávoros con una insaciable hambre epistémica. Y es un agente creíble (un agente es un ser animado intencional con miedos y deseos, o sea que una roca no es un agente), y es creíble porque la mayoría de los humanos hemos tenido ese tipo de agente en nuestras vidas: los padres. Los padres son gente que siempre trata de ayudarnos, de maneras que nosotros mismos a veces no entendemos, cuando somos niños. Así que se nos da naturalmente pensar en un personaje paternal que quiere ayudarnos. Y es natural pensar que es un ancestro: los ancianos son más sabios (tienen más información estratégica, útil, relevante), y la mayoría de las culturas indígenas hablan de sus dioses como ancestros. Así que de esta manera es como la idea de un tipo de personaje sobrenatural se establece en nuestra mente privada.

Por otro lado tenemos el chamanismo, la práctica de curar acompañada por la idea de un personaje sobrenatural que esta ayudando en la curación, gracias a su invocación por parte del chamán. En este punto tenemos un posible beneficio obtenido por la creencia en un agente sobrenatural (el mero hecho que se nos de naturalmente pensarlo, y recordarlo, es neutro). Al ser comunicada la creencia en el agente sobrenatural creador, el paciente enfermo se preocupa menos, y esto ayuda al sistema inmune a luchar contra la enfermedad, y esto ayuda al chamán a curar al paciente. Algo similar puede ocurrir en la toma de decisiones. Cuando un grupo de indios trata de decidir dónde cultivar la única semilla que queda para la alimentación del año entrante, aún si saben la respuesta (despues de todo, lo han hecho por toda su vida), la respuesta puede no llegar, debido al estrés asociado a un posible error de juicio, asi que hacen un rito raro a través del cuál le piden consejo a un dios, y a través de la divinación buscan la respuesta dentro de sí mismos, con la seguridad que si fallan, será culpa del dios, no de ellos. Esto puede traer un beneficio gracias a la creencia en el dios. Y esto no es solo una curiosidad: es esencial para una teoría que quiera explicar por qué las religiones existen. Las religiones son rasgos raros y energéticamente caros de la cultura humana, así que, por razonamiento evolutivo, debemos asumir que existen por una razón, y que esta razón es que la religion tiene algún beneficio. En este caso, vemos como el beneficio puede ser un beneficio para nosotros, los humanos. Pero el beneficio puede ser para la religión misma, sin importar, o incluso a costa de, nuestro beneficio humano.

Un aspecto de las religiones que nos beneficia tanto a los humanos como a las religiones mismas como memes, es su requerimiento de comportamientos gregarios. A partir de los ritos y el chamanismo en las tribus, obtenemos cultos y religiones en reinos, imperios y estados, a través de un proceso de administración. Cuando nos volvimos administradores de los uros y los lobos, los seleccionamos artificialmente (sin que nadie lo supiera), para obtener vacas y perros. Lo mismo ocurrió cuando los ritos que coexistían con nosotros (porque eran neutros o benéficos), se volvieron religiones que ayudamos a moldear para nuestros propios propósitos, hasta tal punto que ahora aparentemente dependemos de ellos, así como dependemos de las vacas y los perros. Alguna gente dice, con Nietszche, que la religión es una conspiración de la élite para dominar sobre el pueblo, y algunos dicen que la religión existe porque nos ayuda a construir cohesión grupal. Dennett dice que puede haber algo de verdad en estas dos teorías, pero el beneficio puede no ser solo para individuos humanos, sino también para los memes religiosos, y esto se da de manera natural en sociedades grandes con organización jerárquica, donde hay sacerdotes que centralizadamente canalizan las enseñanzas religiosas a las congregaciones en masa. No es que las religiones dependan de la cohesión grupal directamente, sino que los grupos cohesionados replican las ideas con más eficacia, y tienen mecanismos para normalizarlas (es decir, impedir que se degeneren mutacionalmente) y esparcirlas. Por ejemplo, por medio del truco computacional llamado “decisión mayoritaria”, o “multiplejización de von Neumann”, en el cuál muchos módulos hacen la misma tarea, y algunos de ellos se desvían del resultado correcto, mientras que la mayoría produce el resultado correcto, así que los errores se cancelan por tener una representación minoritaria. Esto sucede en los coros de iglesia, en las cuáles ninguna persona necesita saberse el canto completo, pero todas colectivamente lo logran sacar bien. O por ejemplo, cuando un grupo colectivo establece premios para la participación y castigos para la no-participación en actividades religiosas.

¿Existe dios? No para Dennett, ni para mí. Me suscribo a su posición en un libro anterior: La Idea Peligrosa de Darwin. Con el aumento del conocimiento científico, y del entendimiento del proceso creativo que originó nuestro mundo, el dios cristiano ha pasado de ser un manufacturero universal, a ser un dador de leyes, y después a ser un encontrador de leyes, que recientemente se ha evaporado, sin dejar un agente inteligente en el proceso. Sólo queda lo que un proceso creativo, permutando eternamente, ciegamente, encuentra: una posibilidad atemporal platónica de órden, que en sí misma no es inteligente, pero es inteligible. El universo material se auto-origina no-milagrosamente a partir de la nada; una creación única en el hiperespacio de posibilidades. Cuando Spinoza, con su panteismo, declaró que la naturaleza es dios, estaba al mismo tiempo personificando la naturaleza y despersonificando a dios. Esta semi-persona es lo que vemos en la inteligencia de la Madre Naturaleza a través de la selección natural. Ahora, no puedo evitar parafrasear:

“El Árbol de la Vida no es perfecto ni infinito en el espacio o tiempo, pero es real, y aunque no es el “Ser, más grande que el cuál nada se puede concebir” de Anselmo, es con seguridad un ser más grande que cualquier cosa que cualquiera de nosotros podemos concebir con detalle digno de su detalle. ¿Hay algo sagrado? Sí, digo con Nietzsche. No puedo rezarle, pero puedo afirmar su magneficencia. El mundo es sagrado”.

La mayoría de la gente que dice que cree, solamente cree en creer, sin creer realmente, es decir, piensan que creer es bueno, pero no se comprometen con las extensiones lógicas más extremas de la creencia. No dan su vida por un dios ni siguen estrictamente los puntos de vista morales de sus escrituras. Por ejemplo, muchos cristianos no creen literalmente en la historia de Adán y Eva, pero sí creen que los que creen en la biblia son mejores personas que los ateos. Es decir, profesan creencia, sin traducir esto realmente a sus acciones y comportamientos. Esto es importante para la distinción entre fé religiosa y fé científica: cuando decimos que la teoría de la relatividad de Einstein es verdad, no necesitamos entenderla para estar seguros de su veracidad, pero con la religión es diferente. Por ejemplo, uno puede construir algo que dependa, para su operación segura, de la verdad de la teoría de Einstein y arriesgar la vida tratando de pilotearlo hasta la luna, mientras que sólo gente loca dona todas sus posesiones y escala una montaña en anticipación del inminente Fin del Mundo de acuerdo con su fé.

Cuando la gente piensa en una persona espiritual naturalmente piensa en una buena persona, mientras que consideran que una persona no espiritual es menos buena. Esto es obviamente falso, ya que hay muchos espiritistas malvados y ateos bondadosos. (EDICIÓN: una persona espiritual no necesariamente cree en cosas sobrenaturales, pero sí tiene un zeitgeist maravillado del mundo y su posición en él, pero sigue habiendo un prejuicio contra la gente que no cree en cosas sobrenaturales, no creen en la magia, en hadas, en ángeles de la guarda, el aura bioenergética, etc.). Este prejuicio moralista es lo que explica el hecho que no hay políticos ateos importantes (es también por prejuicio que mujeres, minorías raciales y homosexuales tienen poca representación política relativa). Así como el incremento en la aceptación de los homosexuales se ha acoplado al establecimiento de eufemismos para referirse a ellos (como gays, que significa literalmente “alegres”) y también a los heterosexuales (como straights, que significa literalmente “correctos”), así, Dennett propone eufemismos para los ateos, agnósticos y no-creyentes en general (como brights, que significa “iluminados”, pues no solo los creyentes pueden estar iluminados) y para creyentes (como supers, que es una palabra con connotaciones positivas y se refiere al hecho que creen en lo sobrenatural, “supernatural” en ingles). E invita a los brights a salir del closet. Si la hipótesis de Dennett, que la mayoría de “creyentes” del mundo estan enrolados en una conspiración de silencio porque creen que la religión en general, o su religión en particular es un engaño, pero temen el ostracismo social de confesar esta creencia, si esto es verdad, sería una verdadera pena. Y esta hipótesis puede ser estudiada. Dennett predice que habría una diferencia estadística entre la cantidad de gente que responde sí/no/no sé a la pregunta, ¿Dios existe?, contra la pregunta, Cree ud. en Dios?

¿Es buena la religión? La religión es como el amor romántico: hace que la gente piense que es honorable ofenderse por el escepticismo y atacarlo ferozmente. Su ser amado no merece menos que esto, piensan: un compromiso absoluto de erradicar al blasfemo. Es el mismo razonamiento tras las guerras religiosas. Muchos cristianos abusan a quienes cuestionan su amor por su Jesus, pero esto realmente deshonra su fé. Destruir los lugares sagrados de otra gente trae vergüenza a la gente que defiende su religión. Este es un mal aspecto de la religión, pero ¿es también buena la religión? ¿Y si lo es, sus beneficios superan sus maleficios? La religión puede hacernos mejores en el sentido efectivo, y/o en el sentido moral. En el sentido efectivo, puede mejorar nuestra salud o nuestro bienestar psicológico. Esto es lo que las religiones anuncian que hacen, pero esto no se ha invetigado científicamente. La estadística muestra que los asíduos de la iglesia tienen vidas más largas y tienen menos probabilidad de tener ataques cardíacos. Investigaciones recientes han tratado, por ejemplo, con la oración intercesional, orar con la esperanza real y la intención real de que Dios actue por el bien de una o varias otras personas específicas u otra entidad. Recientemente, una revista famosa de investigación medicinal mostró resultados positivos con la oración intercesional para la recuperación de pacientes enfermos, pero la investigación resultó ser un fraude. Si la investigación termina dando resultados negativos, la gente religiosa debería dejar los anuncios falsos, y concientizarse de esta falta. ¿Por qué? Porque su verdadera preocupación debería ser la salud de los pacientes, y si se guían mejor los esfuerzos para curarlos en vez de solamente orar, habrán ayudado más. Algunas prácticas religiosas pueden ser malas para nosotros en el sentido eficiente: la exposición prolongada a los humos del incienso y las velas llameantes puede tener cierto efecto dañino, concluyó un estudio reciente. Por supuesto, mejorar la moral y dar sentido a la vida de la gente, son beneficios sutiles que aún no se han evaluados, y puede haber muchos aún sin identificar.

Pero ¿es buena la religión en el sentido moral? No lo sabemos, y el hechizo que Dennett habla de romper en el título es el hechizo del tabú: no sabemos porque se ha considerado tabú saber hechos sobre la religión, pero es muy importante saberlos, por el bien de la humanidad. No debemos simplemente asumir que la religión es buena, debemos probarlo, o refutarlo, científicamente. Y la respuesta puede no ser tan obvia. Aún no hay pruebas convincentes que apoyen la hipótesis que la gente, religiosa o no, que no cree en una recompensa en el cielo y/o castigo en el infierno tienen mayor probabilidad de matar, violar, robar o romper promesas, comparada con la gente que sí.

La evidencia disponible hasta la fecha apoya la hipótesis que los brights tienen la menor tasa de divorcio en Estados Unidos, y los cristianos protestantes la mayor. Con la llegada de la democracia, la humanidad ya no necesita a Dios el Policía para cimentar confianza mutua, aunque Él vive aún en los juramentos leales. Yo opino que quizá los paises subdesarrollados, con democracia falsa y corrupción institucionalizada, como Colombia, aún necesitan (desafortunadamente) a Dios el Policía (acepto comentarios sobre esta opinión). La intoxicación religiosa muchas veces sirve como factor mitigante cuando se juzgan líderes de guerra, pero de todas formas la intoxicación alcohólica hacía lo mismo con conductores de automovil irresponsables, y esto ya no es válido. La contemplación espiritual no es moralmente superior que la devoción por coleccionar estampillas. Lo mejor que se puede decir de ella es que no aumenta los problemas del mundo, que no es una nadería. La religión puede no ser moralmente superior. El punto clave es que realmente no lo sabemos, y la religión no debe considerarse una vaca sagrada, sino como mucho una opción válida.

Una piscina de natación es lo que se conoce en la ley como una molestia atractiva. La gente que mantiene en su propiedad una condición peligrosa que tiene probabilidades de atraer niños tiene el deber de colocar un letrero de advertencia o tomar acción afirmativa más firme para proteger a los niños de los peligros de esa atracción. Es una excepción a la regla general que no se requiere cuidado particular por parte de los propietarios para salvaguardar a los invasores. Se considera a los propietarios responsables de los daños que resulten cuando mantienen algo que puede atraer gente inocente a herirse. La religión también es una molestia atractiva. Cuando un fanático violento con objetivos políticos usa una fachada religiosa de respetabilidad para asesinar, entonces aquellos que creen y defienden esa religión también son responsables, por mantener su tradición de lealtad incuestionable. El terrorismo religioso es responsabilidad de la religión. Los ecuménicos y moderados de todas las religiones, por sus buenas obras ofrecen una colaboración protectiva para sus correligionarios fanáticos, que calladamente condenan su apertura mental y su disponibilidad a cambiar, mientras que cosechan los beneficios de las buenas relaciones públicas que obtienen así. Los moderados de todas las religiones estan siendo usados por los fanáticos, y no solo deberían resentir esto; deberían tomar las medidas posibles para cortarla de tajo en su propia tradición.

La educación es la clave de lo que debemos hacer acerca de la religión. Y el primer y más fundamental paso en esta dirección es que debería ser tan mandatorio como lo es aprender matemáticas y biologia, el aprender hechos sobre las principales religiones del mundo, desde la niñez. En el siglo dieciseis los gérmenes traidos por los europeos mataron al 90% de los amerindios; en este siglo serán nuestros memes, tanto tónicos como tóxicos, los que causarán desastres al mundo no-preparado. Una religión que necesita mantener a un niño ignorante de la verdad acerca de las otras religiones en el mundo, debería estar extinta. Deberíamos entender la religión, y para entender la religión no necesitamos creer en una fé religiosa. Al final, la política recomendada central de Dennett es que eduquemos suave y fírmemente a la gente del mundo, para que puedan tomar decisiones totalmente informadas acerca de sus vidas. La ignorancia no es nada vergonzoso, pero imponer la ignorancia sí lo es.

*El que no sabe qué es un meme, buscarlo en wikipedia.