August 21, 2007

Bi-ciclo-iris

El sábado 18 de Agosto vi el mejor arcoiris que he visto en toda mi vida. Completo, desde el suelo hasta el cielo, un arco perfecto completo y luminoso. Me senté al borde de un balcón en el último piso de un edificio que dominaba un horizonte entero de montañas, y obtuve una vista perfecta. Tenía doble arco, el de afuera estaba difuminado, era más grueso y tenía el orden de los colores invertido con relación al interior.

Pude percibir que con el arcoiris sucede igual que con la luna, que cuando está en lo alto se ve pequeña y cuando está cerca del horizonte, además de verse rojiza por el polvo del cielo del horizonte, se ve más grande. Así mismo, las patas del arcoiris se ven más gruesas que la cima. Esto se debe a un curioso efecto, no óptico sino sicológico, causado por el pasado evolutivo humano. Desde tiempos remotos ha sido para los seres humanos muy importante divisar claramente lo que hay en el horizonte (para encontrar recursos y huir de peligros), de manera que al mirar hacia el horizonte nuestro cerebro magnifica el campo visual, con respecto al campo visual que vemos cuando miramos hacia arriba. Por eso vemos más grande la luna y el arcoiris cuando los miramos cerca del horizonte.

Además de mi posición privilegiada para disfrutar del espectáculo, también tenía a mi favor mucho tiempo disponible, así que pude verlo hasta que el sol se hundía detrás de las montañas, y el arcoiris comenzaba a desvanecerse, primero sus patas, y lentamente el resto, ascendentemente. Todavía se veía el arcoiris cuando el sol ya se había ocultado completamente, y se desvanecía la parte de arriba justo en el momento en el que el cielo cambiaba abruptamente de color, al transformarse el día en la noche.

Pensé en el efecto óptico por el cuál la difracción de la luz al reflejarse en las esferas de cristal de la gran cortina de lluvia en el cielo genera el arcoiris en la parte del cielo opuesta a la parte donde está el sol, y pensé que cuando una persona ve un arco-iris desde el suelo, si esa persona pudiera salir volando hacia arriba, llegaría un momento en el que el arco-iris comenzaría a transformarse en círculo-iris, debido a la simetría de los reflejos de los rayos de luz. Entender el arco-iris es maravillarse más al verlo. Dicen que ver el arcoiris es de buena suerte. Yo digo que sentir maravilla infraordinaria (la de los eventos ordinarios, y no la de los extraordinarios) es de buena suerte.

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